La estimulación musical temprana no es solo escuchar música sino interactuar, comunicar, expresar a través de la música tomando conciencia de ello mediante el movimiento, el canto y los instrumentos musicales.
Debemos recordar que todos los niños son musicales. Si un niño tiene una experiencia positiva e interactiva con la música en edad preescolar puede mantener sus aptitudes musicales para toda la vida. Por el contrario, si un niño tiene poca experiencia con la música en la edad temprana puede que sea tarde cuando llegue a los nueve años.
Para estimular a los bebés por medio de la música es necesario que toda la familia participe en actividades diversas y divertidas con música variada, brindando a los niños la oportunidad de cantar, aplaudir, moverse, bailar y tocar instrumentos de percusión en un ambiente libre de presiones (Feierabend, 2006).
Durante las sesiones se crean momentos únicos y lúdicos que refuerzan los vínculos afectivos dentro del propio grupo y con la profesora. De esta manera se potencia la cohesión de todo el grupo-clase.
En las sesiones, los alumnos, mientras se divierten, aprenden conceptos musicales básicos como fuerte y flojo, rápido y lento, compases, agudo y grave, ritmos, coordinación, incluso a inhibir el sonido en los momentos que los marca la canción. También cantamos y bailamos durante toda la sesión.
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